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¿Cómo enseñar a leer a niños de Primaria?

En la era de las tecnologías de la información, cada vez es más difícil para los padres convencer a sus hijos de que lean libros. Hoy en día, los niños tienden a buscar cualquier tipo de información a través de Internet, en donde es posible encontrar producciones audiovisuales como videos o podcasts que resulten más atractivos.

Entonces, ¿cómo se puede enseñar a leer a un niño cuando está desmotivado o prefiere jugar con cualquier otro dispositivo electrónico?

Cuándo enseñar a leer a los niños

Los profesores afirman que los padres deberían empezar a leer libros a sus hijos nada más nacer, dedicando al menos unos minutos diarios a la lectura conjunta.

Es muy importante elegir momentos de lectura a lo largo del día. Para ello, se deben tener en cuenta los momentos en los que el niño tenga predisposición a la lectura y crear tiempos de lectura adecuados para enseñarle a “esperar el momento” e incentivar su ilusión por aprender.

Una aclaración: no existe un único espacio designado para la lectura. Se puede leer en cualquier sitio, tanto en la sala de espera del médico como en el transporte público, ¡pero siempre hay que asegurarse de tener un libro al alcance de la mano!

Veamos algunos consejos para incentivar el interés de los niños de Primaria hacia la lectura:

1. Los niños a los que les gusta leer crecen con padres lectores

La mejor manera de enseñar a tu hijo a leer es que tú mismo ames la lectura.

Existe la opinión de que los hijos de los padres a los que les gusta leer crecerán sin duda amando la lectura.

Los niños aprenden siguiendo modelos. Si desde pequeño el niño ve que en casa los padres leen libros, la probabilidad de que muestre interés por ellos es muy alta.

Si por lo contrario a nadie de la familia le gusta leer o los padres fomentan un interés en la lectura que ellos mismos no tienen, enseñar a leer puede volverse una tarea mucho más complicada.

2. Elegir los libros con los hijos

Cuando pases mucho tiempo leyendo con tu hijo, te darás cuenta de qué tipo de libros y temas son los que más les gustan.

Pregúntale siempre qué historia o libro le gustaría escuchar o leer. No tengas miedo de releer muchas veces sus cuentos favoritos. Si quiere leer el libro que se sabe de memoria, ¡que lo haga! Esto le ayudará a autoafirmar sus conocimientos y autoconcepto motivándole más adelante a adentrarse en nuevas historias y cuentos.

Desde una edad temprana, asegúrate de que tenga sus propios libros. Aquellos en los que además pueda pintar, recortar o colorear, le ayudarán a desarrollar otras habilidades a la vez que las lingüísticas. Cuando tu hijo crezca, podéis ir juntos a la biblioteca y visitar exposiciones temáticas acordes a sus gustos.

3. Acceso fácil a los libros y al material de lectura

Un truco para fomentar el interés por la lectura a un niño es brindarle un espacio en el que tenga acceso a los libros por si solo, brindándole autonomía en las decisiones sobre el momento en el que quiere leer y el tipo de libro que quiere escoger.

Una buena idea sería colocar la estantería en un lugar accesible parau que el niño se sienta más autónomo y motivado hacia la lectura.

Considera el hecho de que en la era de la tecnología digital, el niño puede querer leer libros desde un dispositivo electrónico. Asegúrate de que haya varias revistas y libros en los dispositivos que utilice. Sin embargo, ¡recuerda regular el tiempo de la lectura delante de las pantallas!

Para los niños más pequeños, la lectura de cuentos con elementos interactivos y de juego puede servir como motivación adicional para la lectura. Utiliza los gadgets con un propósito educativo, como los libros interactivos que ofrece eKidz.eu.

4. Compartir la lectura

Con los niños que leen con suficiente fluidez pero no les gusta hacerlo, puedes practicar una técnica de lectura compartida, un recurso educativo clásico para aprender un idioma.

Elige una historia interesante para empezar a leer con él. Una vez que se enganche, querrá saber más y leer de forma autónoma.

No olvides elogiarlo por querer leer y, si es necesario, lee junto a él en voz alta por turnos.

5. Hacer que leer sea un juego

Otro buen recurso puede ser hacer una gymkana donde algún personaje fantástico vaya dejando pistas escritas por toda la casa con diferentes pruebas de lectura.

El juego puede comenzar con una carta breve, de no más de dos líneas escrita por el personaje invitando al niño a ser su amigo.

Puedes dejar la carta debajo de la almohada de manera que, cuando el niño se despierte, se sorprenda y quiera seguir buscando pistas. El niño podrá sospechar que se trata de un juego, pero no dejará de ser una manera divertida para invitarle a leer.

A la mañana siguiente, el niño encontrará otra carta, que esta vez no tiene información sobre el regalo, pero sí una historia más larga de la vida del personaje. Cada día las cartas serán más largas para animar al niño a leer.

6. Practicar la lectura en voz alta con su hijo

Pídele a tu hijo que lea en voz alta cuando te encuentres ocupado con las tareas domésticas, aludiendo a la falta de tiempo y al gran deseo de saber de qué trata la historia. Por lo general, tu hijo querrá ayudarte y se sentirá motivado a practicar la lectura.

Los artículos y los cuentos no deben ser largos, y la tarea del adulto es hacer preguntas aclaratorias e iniciar una conversación con el niño.

Esta forma de leer y comunicarse crea un vínculo entre la historia que lee tu hijo y las formas de utilizar la nueva información. Por ejemplo, puedes ayudarlo a aprender a leer con un libro de cocina, mientras sigues las instrucciones paso a paso.

Nunca olvides demostrar interés por su lectura para que se sienta motivado a seguir leyendo.

7. No forzar al niño a aprender a leer

Si tu hijo no quiere leer, no le obligues. Leer bajo presión es el camino para que no lea en absoluto y que la lectura se convierta en una obligación en vez de una actividad agradable.

Elige sus libros según su edad, sus necesidades y, sobre todo, sus intereses. No le impongas tu propia visión de la literatura, deja que sea él quien elija.

Si el niño lee sobre temas que no te parecen atractivos, no lo critiques, es la peor manera de enseñarle a leer. Busca formas positivas y eficaces de introducirle otros tipos de literatura. De esta forma, muy probablemente nunca tendrá dificultades para motivarse.

Los consejos de lectura más importantes no tienen que ver con la metodología ni con el aprendizaje de las letras de una manera específica. Con la motivación adecuada, tu hijo puede aprender a su propio ritmo, independientemente del estilo pedagógico que se utilice en casa o en la escuela.

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